A esta yegua la separaron de su madre con sólo 3 meses. Era de un amigo con el que compartimos espacio de terreno para que pasara el invierno con Ula y con Winston, el caballo con el que empezó toda esta aventura. Ella venía muy enfadada, era una potra con muchísimo carácter y apareció un día con una herida muy fea en la cruz, siempre hemos pensado que fue Winston quien se lo hizo. Su dueño la quería curar con azúcar sobre la herida, como se curan las pullas a los toros, decia. Poco a poco esa herida se fue infectando y decidimos adoptarla nosotros para darle una oportunidad.

Fueron muchos meses de curas y hoy en día sigue teniendo la marca. Con tanto mimo se ha hecho muy ñona y le encanta poner el culete para que le rasquen a todo aquel que la visita. Bartola vive en el santuario con su hijo Odín, descendencia de Kerry, el cual ha ayudado mucho a Bartola a calmar su carácter.

Ella es una yegua de la zona, de unos 4 años que estaba atada con cadenas en las patas. Apareció una noche en una carretera regional y un coche que pasó la atropelló dejándola con heridas muy graves en la zona genital. Cuando nos enteramos del suceso mediante la policía, nos hicimos cargo de sus curas aunque la dejaron bajo custodia del ayuntamiento. Cuando se recuperó, después de mucho tiempo de curas dolorosas, decidieron sacarla a subasta y fue el santuario quién pujó más por ella para poder adoptarla y ofrecerle una vida digna.

A los 10 meses nos hizo un regalito, no sabíamos que cuando tuvo el accidente estaba embarazada (el embarazo de una yegua es de 11 meses), y nos dió a nuestro primer nieto Argos. Posteriormente, con la ayuda del bribón de Kerry, nos volvió a regalar otro nieto llamado Owen.

Este caballo llegó por WhatsApp junto con Lola e India. Un chico nos escribió contándonos que tenía a 3 potros de unos 7 meses metidos en un camión y que en el matadero le daban 90 euros por cada uno pero que si le dábamos 60 por cada uno les salvaríamos la vida. Aceptamos el chantaje emocional y por ello hemos podido mantenerles con vida.

Antes de convertirnos en Santuario dábamos a caballos en adopción, pero tras algunas malas experiencias nos reconvertimos y decidimos cuidar de todos los caballos para que vivieran sus vidas en el terreno del Santuario. Lola e India fueron adoptadas y están con sus familias hace años.

Zeus vive feliz en el Santuario Winston y es íntimo amigo de Argos. Tiene un carácter juguetón, aunque es algo desconfiado. ¡Aunque lo que tiene de desconfiado lo tiene de guapo y elegante!

Este hermoso caballo llegó al Santuario con apenas tres meses de edad. Tuvimos que comprarlo por 100 euros para poder darle la oportunidad de vivir. Encerrado en un cuarto al fondo de una nave sin nada de luz, lo que le hubiera dejado ciego, completamente desnutrido, con un problema en el pene que le hace orinar hacia dentro y una gran hernia umbilical.

El veterinario no confiaba que le pudiera operar. Después de meses de darle biberones y vitaminas, conseguimos que se pusiera lo sufientemente fuerte para poder operar su hernia pudiéndose curar. Desgraciadamente aunque también le operaron el pene, sigue con el mismo problema, aunque eso no le impide una vida normal.

Lennon destaca por su cara de enfadado, pero es un puro amor tanto con los otros caballos como con los humanos. Es como con algunas personas, hay que tener un poco de paciencia para poder conectar de verdad con él.

Esta preciosidad llegó con 5 años, rescatada por una chica que no podía seguir haciéndose cargo de ella. Estaba delgadísima, tenía piroplasmosis (enfermedad de la garrapata) y tiene un recelo tremendo a los hombres en particular.

Tras tratamiento veterinario se recuperó y empezó a ganar peso. Le encanta sentirse libre. Enamora su negra melena y su carita dulce cuando pide mimos. Vive con su hijo Gaby, el padre, como de muchísimos de la familia Winston, fue Kerry.

El bebe milagro, así le llamamos, ya que su mama Auka tuvo un accidente muy fuerte que casi destrozó su vagina cuando estaba embarazada de un mes. También decimos que es nuestro primer nieto, ya que ha sido el primer ser nacido en el Santuario y le tenemos verdadera devoción.

Es un caballo muy simpático, equilibrado y juguetón. Siempre acompañado de Zeus y Tatu. Es el mimado por todos, tanto por los caballos como de los humanos, a los que enamora su limpia y pura mirada, le pirran las rascadas, tanto que intenta tumbarse encima del incauto humano que lo haga.

Él es un Pura Raza Español, nacido en una yeguada de renombre 4 años antes. Tuvo la mala (o buena, según se mire) suerte, de hacerse una herida en una pata. Esa lesión se curó pero se le quedó una gran marca. Desgraciadamente al perder esa imagen de perfección nadie querría comprarlo y su destino inevitable era el matadero.

Afortunadamente una persona que le cuidaba buscó darle una vida digna y aquí llegó con su larga melena negra y un corazón enorme casi tan grande como él. Tiene un temperamento fuerte, pero es un gran protector, tanto de su manada como de los humanos.

Él es otro de los 11 caballos que estaban en la subasta de la Cañada. En la primera puja a mano alzada, hubo 4 caballos por los que nadie pujó. Los otros 7 al ver el interés de ciertas personas por hacer “negocios” fuimos nosotros los que más pujamos para salvarles la vida. Por los otros 4 se hizo subasta a sobre cerrado, íbamos cada día al ayuntamiento para ver si había algún sobre y diez minutos antes de cerrar la subasta y al saber que nadie había entregado ninguno, metimos 5 euros en un sobre cerrado y salvamos a los 4,.

Uno de ellos es Bayron, el tenía unos 3 años cuando vino y es un ser extraordinario, amigo de sus amigos, equilibrado con los caballos y prudente con las personas. El era de un color gris oscuro, ahora es casi blanco y enamora su tierna mirada.

Apenas tenía año y medio cuando llegó procedente de una subasta del ayuntamiento de La Cañada. Mientras se cumplía el plazo de subasta, estos caballos estuvieron en un cercado del ayuntamiento a pleno sol, comiendo sólo paja y sin apenas espacio, donde adultos y jóvenes competían por la comida. El pobre Junco apenas conseguía comer algo y cuando llegó al Santuario era un saco de huesos y muy desconfiado de los humanos.

Hoy en día es un caballo precioso, con un porte elegante, juguetón, equilibrado, hecho todo un adulto muy lejos del potrillo desvalido que llegó a Winston y cuando el humano llega a él, se deja hacer.

El es otro de los caballos de la subasta de la Cañada. Con apenas dos añitos su vida no valía mas que unos pocos euros. Desconfiado, extremadamente flaco y muy desaliñado, asi era cuando llegó. Hoy es un caballo que enamora por el precioso brillo de sus ojos, curioso, suele ser el primero en explorar nuevos territorios y hacer que los demás de la manada le acompañen.

Fiel amigo de Bayron y Junco, de los que nunca se separa, siempre busca una mano amiga que le haga sentir que no todos los humanos hacen daño. Te anamorarás perdidamente si le miras a los ojos.

Con apenas tres meses y junto a su madre, fueron los que más nos costó económicamente poder salvarles de una muerte segura en la subasta. Wapi llama la atención por su pelaje, y hubo mucho ganadero interesado en comprarlo, pero finalmente conseguimos ganar la puja y pudo venir al Santuario junto con su madre.

Al año le adoptó una familia que sabemos que le cuidó muchísimo. A nosotros nos costó mucho asimilar el haberle separado de su madre Lakota. El día que nos llamaron para decir que venía de vuelta, fue uno de los días más felices del Santuario, y ya nunca más se irá de aquí: Su hogar.

Divertido, cariñoso, confiado, un amor de chico por dentro y por fuera y otro de los mimados del Santuario.

Brandy es fruto de un rescate de la zona. Llegó con apenas 3 meses junto con su madre y sus hermanos. Nunca olvidaremos el panorama que nos encontramos cuando vimos a su madre y a su hermano tumbados a pleno sol, desnutridos y deshidratados, y a Brandy intentando separar las piernas a su madre para poder mamar porque era el único alimento que tenía.

Es uno de los rescates más horrorosos y desesperados que hemos vivido. Su hermano Campeón apenas duró 2 días, su madre Magia logró recuperarse totalmente aunque falleció a los 3 años al igual que su hermana Yuna. Actualmente sigue teniendo familia en el Santuario: Su hermana Minerva y su sobrina Divai. Es un caballo confiado, juguetón, mimoso y tiene mucha facilidad para hacerse amigo de otros caballos o yeguas de otras manadas.

Llegó con 5 años aproximadamente, aunque lo cierto es que no nos dejó mirarle la boca para poder corroborarlo. Le castramos recién llegó, pero sigue teniendo ese comportamiento de semental en época de celo. CABALLO sí, en mayúsculas, porque tiene claro lo que es y cómo se siente, es el típico guaperas rubio que enamora.

Desconfía de los humanos, aunque si le damos una chuche viene, pero le seguimos poniendo nervioso.

Tres añitos tenía cuando llegó, desaliñado, con falta de peso y aspecto desvalido. Yako le hacía la vida imposible, pero con los años ha ganado confianza y ya no se deja avasallar por el rubio.

Es un caballo equilibrado en manada, siempre acompañado por alguna de las chicas. Los humanos le ponemos nervioso, pero no puede resistir venir a buscar una chuche cuando se la ofrecemos.

Como su nombre indica es libre y salvaje. Llegó con apenas tres años, nunca ha querido contacto con los humanos. Salió adoptada a los pocos meses, pero tuvo que volver porque se saltaba todas las vallas que su adoptante le ponía y era muy difícil volver a buscarla.

Aquí nunca ha hecho intención de escaparse. Este lo siente como su hogar y la manada, su familia. Belleza negra donde las haya.

Era un peluche de pocos meses cuando vino, asustado y temeroso. Ícaro enamoró a unas personas que le adoptaron y se fue a un nuevo hogar. No estuvo ni un año, se acordaron entonces que tenían que llevar a su hija a la universidad y no había dinero para todo. Ícaro volvió al que desde entonces y para siempre será su hogar: El Santuario Winston. Él es uno de los grandes motivos por los que dejamos de dar caballos en adopción.

Es un caballo equilibrado, juguetón, a veces toca un poco las narices (solo un poco) y con los humanos se podría decir que es muyyyy pesado de lo mimoso que puede llegar a ser. Dan ganas de comérselo a besos.

Con un par de añitos llegó al Santuario, muy curiosa a la par que desconfiada. La adoptaron al poco tiempo de llegar para hacer compañía a otra yegua, pero al año tuvimos que recuperarlas a las dos, porque el dueño fue denunciado por SEPRONA por abandono.

Ella sigue desconfiando del humano y no es para menos por todo lo que ha sufrido. Sin embargo es una yegua muy equilibrada con la manada y hace su vida feliz junto a los que considera su familia.

Scotty es un potro que llegó con apenas 6 meses y era desconfiado al inicio, pero se ha habituado tanto a la vida en libertad en el Santuario que ahora es el primero que se acerca a las visitas a recibir mimos, caricias y atento a ver si cae algún premio.

Es un caballo divertido, sociable tanto con humanos como con otros caballos y muy equilibrado en manada. Es conocido por ser un rubio que enamora a primera vista.

Es quizás la yegua más desconfiada de su grupo. No sabríamos precisar con qué edad llegó a nosotros. Tiene un carácter muy fuerte y su grupo siempre la sigue. Tiene un problema genético en sus cascos y aunque hemos intentado corregirlos, ni con sedación con la ayuda del veterinario nos ha dejado.

Lo bueno es que estos terminarán arreglándose solos. Es la madre de Nirvana y compañera inseparable de Aury.

A Vera le calculamos dos añitos cuando llegó escondida tras los culos de su manada. Desconfiada, pero curiosa y con una linda mirada. Es una yegua equilibrada en manada, pero con un fuerte carácter también ya que no duda en repartir coces a sus miembros si la ocasión lo requiere.

Es desconfiada con los humanos, pero cuando ella quiere se deja mimar esa cara tan bonita que tiene.

Es el hermano mayor de Pau y de Neska. Llegó al Santuario con 2 años con su madre Hulda y su hermano Pau. Eran caballos abandonados en el monte y especialmente miedosos con el ser humano. Sigue teniendo recelo a los humanos, aunque poco a poco conseguimos poder mostrarle mediante alguna caricia y cómo no, alguna chuche, que puede confiar en las personas del Santuario.

El que confíe en nosotros es algo muy necesario para poder realizarle curas y poder atenderlos en momentos de necesidad . Tiene una melena preciosa aunque siempre se las apaña para tener rastas naturales. Es un caballo muy equilibrado y tranquilo dentro de su manada.

Es hijo de Hulda y hermano de Nacho y Neska. Llegó al santuario con 7 meses. Aunque se le ha intentado socializar con los humanos muchas veces por temas de salud, en cuanto vuelve a estar en manada sin mucho contacto humano, vuelve a tener tendencia a huir de nosotros.

Él es parte de una manada complicada de sociabilizar debido a sus traumas con el humano. En el Santuario nos conformamos con que nos deje acercarnos lo suficiente para la revisión y visita diaria para controlar que todo está bien.

Con su hijo Spirit de pocos meses y embarazada de Adita (que tristemente falleció antes de los tres años por un grave problema congénito, un beso al cielo) llegó a nosotros con 5 años de edad. Es una yegua con mucho carácter y aunque desconfiada con los humanos, si ve chuches, nos exige su parte.

Tiene una mirada dura, pero que desarma a cualquiera por su belleza salvaje.

Spirit llegó a nosotros con apenas 7-8 meses con su mamá Aury de la que le tuvimos tristemente que separar a los pocos meses, porque su mamá venía embarazada y tenía que darle de mamar a la recién nacida Adita, pero Spirit quería seguir mamando y con el estado en que llegó su madre no era viable poder amamantar a dos.

Él al igual que su manada, es un ser algo desconfiado con los humanos, aunque no tanto ya que siempre es el primero en venir a ver qué cae y si por suerte hay una chuche hasta nos deja hacerle algún mimo. ¡Se hace de querer el muy bichín!

Esta tímida chica llegó con apenas dos años al Santuario, y en sus genes ya lleva la desconfianza hacia el ser humano. Pero si le das un aliciente se deja acariciar su linda carita.

Ese rayo que le cruza de frente a boca nos enamora a todo el que se la cruce, además de esa ternura que desprende en su mirada y pensar que tanto ella como su familia estarían en un plato si no hubieran venido al Santuario…

Con apenas cinco años llegó, con su pequeño hijo Pat a sus faldas y embarazada de Sirio. Cuando vino estaba delgadísima y parecía mucho mayor. Cuando finalmente logró recuperarse vimos como la polilla se convirtió en una bella mariposa rubia.

Dulce su mirada, nos persigue para lograr su premio y con ello nos deja acariciar con mimo su preciosa cara y su dorada melena. Imposible no enamorarse de esta belleza.

Llegó con 6 meses mamando de su mamá Débora de quien es un calco. Aunque tiene un carácter curioso y explorador, es un caballo que no acepta el contacto humano. Llama mucho la atención por su crin casi blanca y su cara dulce.

En el Santuario tenemos la esperanza de que algún día tenga las ganas de acercarse a conocernos y compartir los mimos que nos morimos de ganas de darle. Mientras tanto disfruta libre con el resto de caballos de la vida que quiere tener.

Esta yegua de cara bonita es puro amor, confiada y cariñosa se gana el corazón de quien le conoce. Hija de Flavia (su mami vino embarazada de ella) equilibrada en manada, sabe cual es su lugar, fiel compañera y amiga de Zagal.

¡Cómo se nota que nunca ha sufrido de abandono y maltrato por parte de los humanos!

Él es hijo de Bartola y Kerry. Lo cierto es que él ha ayudado mucho a calmar el ansia que tenía Bartola de ser madre. Antes de ser madre incluso nos atacaba a los responsables del Santuario cuando estaba en celo.

Odín nunca se separa de Bartola. Es un caballo confiado, juguetón pero con un carácter fuerte como su madre. Le gusta jugar mucho, tanto con los demás caballos, como con los humanos.

Este caballo tuvo la gran suerte de nacer en el Santuario, en plena libertad y protección. Es hijo de Auka y Kerry. Es un caballo super curioso, amigable y juguetón. A veces un poco trasto, su necesidad de mimos le hace ser insistente, tiene un carácter marcado.

Es un compañero de juegos incansable de cualquier caballo y humano que se preste a pasar un rato de diversión con él, se siente muy protegido por su madre.

Este chico nos dio un gran susto cuando nació, cayó a un pozo a las pocas horas de vida. Menos mal que lo pudimos sacar sin tener que lamentar nada.

Gaby es un chico alegre que no se despega de su madre Diva. Es juguetón, equilibrado, simpático y cariñoso con los humanos. ¡Se hace querer el muy bicho! Y con la manada sabe cual es su lugar y si alguna vez mete la pata, su mamá no duda en sacarle del atolladero.

Él es hijo de Ula y Kerry (el “machomen” como le llamábamos en familia) y nació libre en el Santuario Winston. Es un calco de su madre de la que nunca se separa. Le encanta jugar con todo el que se presta, tiene un carácter dócil y por eso se lleva bien con todos los caballos, hasta con los más difíciles (estos son los que no han sido sociabilizados con caballos los primeros años de vida).

Es un pelirrojo precioso, con un toque desconfiado como su madre, pero que cuando llegas a él se derrite con una caricia.

Es una de las nacidas en el Santuario feliz y libre. Es la hija de Kerry y Yuna, y a su vez sobrina de Brandy y Minerva. Es de tamaño pequeño. De hecho es un pony D, (los caballos que a la cruz miden hasta 1,49 metros, son considerados ponis y estos según su tamaño van de poni A,B,C ó D)

Es una yegua muy curiosa con ganas de explorar lo que le rodea, pero al mismo tiempo mantiene cierta prudencia. Aunque esa prudencia no evita que se acerque a los humanos buscando que la mimen a través de rascaditas en el cuello y en el culete, que lo disfruta como nadie.

Es curioso como aun siendo las madres muy desconfiadas (en este caso su madre es Debora), desde un primer momento nos dejaron acercarnos a sus hijos cuando nacieron aquí en el Santuario y eso se nota muchísimo en la confianza que esos potros nos han tenido de siempre.

Sirio es un ser increíble, juguetón, equilibrado. Siempre pegado a su madre, pero se deshace de gusto con una caricia humana.

Ella nació en el Santuario y es hija de los fallecidos Magia y Kerry. Cariñosamente usamos el apodo de “gitana”, por su bella melena negra y su temperamento fuerte y “salao”.

Ella ha tenido la suerte de nunca conocer el maltrato ni el abandono y de que respetemos su forma maravillosa de ser y sentir, así que disfruta tranquila de su vida entre los de su especie y confía en el ser humano para recibir caricias y mimos.

Le conocimos a través de las redes, una chica nos contactó diciendo no poder mantener a su caballo de 11 años. Nos envió fotos y lo pusimos en redes para su adopción ya que estaba en Alicante. Una de nuestra socias que está a mitad de camino le adoptó durante unos meses. La realidad era más cruda que la que mostraban las fotos, ya que le faltaban muchísimos kilos al pobre.

Al no lograr integrarle con las yeguas que ella tenía le trajo al Santuario. Es un caballo que se nota que no ha sociabilizado con otros de su especie y le ha costado mucho su adaptación al Santuario, pero a día de hoy además de estar precioso, ya está perfectamente integrado como uno más de la familia Winston.

Apareció junto a 8 caballos más en la provincia de Badajoz, abandonado presumiblemente por carreros de Portugal. A sus compis les pudimos buscar hogar, pero a él nadie le quiso.. ¿Quizás porque está tuerto?.

Llegó con 8 años aproximadamente. No le gusta el contacto humano, pero si no queda remedio se deja hacer. Siempre ha sido un alma solitaria, pero ahora no se separa de su chica Nirvana y van juntos siempre. Y es que el amor existe para sanar heridas, aunque las cicatrices sean visibles.

Yegua de edad indeterminada cuando llegó, acosada y perseguida por los ganaderos de la zona durante años para que no se comiera la paja de sus animales, ya que su dueño la abandonó en el monte y el ayuntamiento se "encargaba" de ella, o al menos esa era la teoría.

Desconfiada a niveles máximos y siempre alerta, lo que nos hace sufrir por no poder llegar a ella para poder cuidarla y tratarla, pero lo respetamos por sentir que necesita su espacio. Ella quiere ser libre y cuidar a sus tres hijos de forma tranquila, y así será toda su vida.

Llegó con dos añitos, es la más desafiante de su familia. Siempre alerta, aunque no al nivel de su madre Gala. Pide chuches, aunque más bien las exige,pero si esa es la forma que tenemos de ayudarla, que las pida. Es una gran protectora de su familia.

El chiquitín de Gala, vino con pocos meses de edad, siempre pegado a su madre y hermanas. Es el chico mimado, siempre protegido. Un caballo equilibrado en manada y muy juguetón, busca compañeros de juegos cuando su familia le deja.

Se deja querer y mimar por los humanos si sin su familia no está cerca. Pero si su familia está con él…Un precioso chico que enamora.

Él fue encontrado atado a un árbol sin comida ni agua en Arganda del Rey con intención de que se muriera. La Policía Local le rescató y nos encontró. Querían darle la oportunidad de seguir viviendo.

Tenía 16 años cuando llegó, con una fuerte artrosis, una mano topina y muchísimas marcas en su cuerpo que nos hablan de que su anterior vida fue un infierno. A pesar de todo ello es un caballo maestro, con fuerte carácter, pero a la vez tannn tiernooo. Es difícil no enamorarse de un abuelo tan carismático.

Él fue un caballo policía que cuando le jubilaron con solo 11 años de edad por la fuerte artrosis que padece y otros males que como estereotipias varias, inflamación de encía y lengua por el bocado. Todo ello debido a una monta excesiva y al maltrato animal al que fue sometido. Galán fue llevado a un hospital veterinario como caballo de prácticas para estudiantes. Al ser conscientes de lo que allí le podría suceder, le reclamaron y lo trajeron al Santuario.

Es quizás el caballo más domado de todos los que tenemos y a la vez el que más complicaciones nos da. Hemos tenido que alquilar una finca para que esté con otras yeguas y así no machaque a los demás caballos, fruto de la falta de sociabilización en manada cuando era pequeño.

Rescatada de la Cañada Real por la asociación Proyecto Cañada. Epona se metió un clavo en uno de sus pies, lesión que le hacía cojear en un principio bastante, pero con el tiempo no le han quedado secuelas. Le llamamos la Barbie por su rubia melena.

Es desconfiada con los humanos. Ella sueña con ser caballo. Su pequeño tamaño de pony A (el tamaño máximo de un pony A es hasta 110 centímetros a la cruz) no le impide poner en orden a los mas grandes y si para ello tiene que lanzar coces, lo hace. Provoca un gran flechazo cuando la conoces.

Esta yegua llegó con aproximadamente 20 años de edad. Fue utilizada para monta y cría por el que fue su dueño, una persona muy desaprensiva. Es por ello que viene con mucha indefensión aprendida, es decir es incapaz de modificar alguna situación, comportamiento o estado mediante sus conductas. Poco a poco su estancia en el Santuario la ayuda a mejorar esta situación.

Briana es la veterana y guía de su grupo, donde ella va, todos la siguen. Es muy protectora y muy sabia. Además de ser la líderde su grupo, el resto de manadas que viven con ella, no dudan en moverse cuando ella da un paso. Es mamá de Mimosa y de la pequeña Eterna.

Es la más pequeña de su manada, llegó con apenas 2 meses y es hija de Briana. Eterna llegó al Santuario en una situación dramática: Desnutrida, anémica y llena de garrapatas, y anímicamente se mostraba apática y con la mirada perdida. Ella iba buscando siempre protección no sólo con su madre si no con cualquier yegua de su manada.

Temimos mucho por su vida en los comienzos, y la ayudamos a recuperarse por completo, desparasitándola tanto interna como externamente, aparte de proveerle del alimento que necesitaba para fortalecerse. Una vez recuperada, Eterna se caracteriza por ser tímida y muy dulce con los humanos. Tiene la suerte de poder vivir en libertad desde tan temprana edad./span>

Es hija de Briana y hermana de Eterna. Como su propio nombre indica, es el ser más mimoso y cariñoso de su manada con los humanos. Aunque también tiene un carácter fuerte con su propia especie. Es una ansias de la comida y cuando vamos con el coche repartiendo nos pone en más de un apuro.

Area vino extremadamente delgado, con apenas tres añitos de edad (se calcula la edad por los dientes), dando de mamar a su hija Piluka de año y medio en el momento de su rescate.

Es una madre extremadamente joven, quedaría preñada antes de los 2 años de vida.

Es una yegua algo desconfiada pero si tienes paciencia y respeto por su espacio, se deshace por unos mimos en la cara y la dulzura de su mirada te cautiva el alma.

Llegó al Santuario con año y medio de edad, hija de Area. Es tierna, curiosa, juguetona hasta con Otto, uno de los perros del Santuario y le caracteriza el flequillo rizado que tiene y el carácter curioso y juguetón también con los humanos. Le encanta posar para hacerse fotos con la gente. Tiene una mirada que roba corazones.

Llegó con apenas 5 años, justo alcanzada la adolescencia 5 años (son potros hasta esa edad). Es una yegua alta y preciosa y tiene una marca de nacimiento en el cuello que cautiva a la mirada. Por ello querían domarla para utilizarla para monta.

Con suerte no llegaron a tiempo porque vino al Santuario antes donde estará a salvo de la doma y del maltrato humano. Aunque es prudente con el humano debido a la experiencia traumática que ha tenido en su pasado, le encanta una buena rascada en el culete.

Es una yegua que a pesar de haber llegado al Santuario sin cumplir aún los 4 años, aparentaba más años debido a su mala experiencia. No se sabe cómo, pero vino con la cadera partida y mal soldada, lo que se aprecia a simple vista. Después de su rescate, vino su dueño a reclamarla, pero al ver que era una yegua no apta ni para la monta ni para la cría, renunció a ella y nos la cedió.

Siempre pegada a Brizna y muy buena amiga de Vera, tiene un carácter muy fuerte y no se corta a pesar de tener mal su cadera a repartir coces a otros miembros de su manada si algo no le gusta, Es un ser que inspira mucha ternura.

Llegó al Santuario siendo una “piltrafilla” de 3 años: Totalmente desnutrido, con una grave anemia y con una lesión ya curada en su mano derecha que a simple vista se ve que seccionó el tendón en algún accidente. Esto no lo imposibilita en absoluto, pero llegó con un carácter muy apático debido a su desnutrición, anemia y sufrimiento.

Como a todos los caballos que llegan al Santuario hay que castrarles, estuvo apartado de todos durante 2 meses con muchas vitaminas para recuperarle de su anemia antes de poderle operar. Después de la castración pasó a estar con una manada de 20 caballos donde pudo elegir a sus compañeros. Curiosamente se sintió más cómodo con caballos que no eran de su grupo inicial, quizás le recordaban a todo el sufrimiento pasado. Ahora es un caballo guapísimo, libre, contento y que vive en manada.

Con 25 años llegó al Santuario porque su propietario no quería gastar dinero en una lesión que tiene alrededor de los ojos, pero tampoco quería regalarlo para que no se aprovecharan de él, así que el veterinario lo trajo al Santuario.

Él es un gran señor. Paciente, pacífico y, amigable con todo ser, hasta con los humanos. Tiene un gran corazón que no le cabe en ese enorme cuerpo.

Este precioso amigo apareció en una huerta en Baza, Granada. La dueña de la huerta puso denuncia y lo llevaron a la perrera municipal de la localidad. No tenía microchip y buscaron hogar que dicha perrera se mantenga en sacrificio 0.

Cuando nos llegó el caso y como estábamos buscando compañía a Alanis, dijimos que las puertas del Santuario están abiertas para este mozo tan necesitado de hogar. Fue una lucha diaria con administraciones y gracias a los gritos que mucha gente dio en redes sociales, logramos después de dos meses que viniera al que es ahora su hogar.

Su edad aproximada a su llegada es de 11 años. Tiene una gran anemia y bajo peso, pero el verle pegado las 24 horas del día a Alanis nos dice que sus vidas han dado un cambio lleno de amor.

Caballo que ha llegado con 6 años, con la etiqueta de “caballo de carreras” o lo que es lo mismo, pura sangre inglés. Creemos que nació con una deformación en una de sus manos que no atendieron en sus primeros meses de vida, ya que de haberlo hecho, hoy no tendría ningún problema (bueno, le habrían hecho correr hasta lesionarse en un hipódromo).

Le enviaron de caballo de prácticas a una universidad veterinaria. No hemos querido indagar más, pero al parecer tampoco servía para hecer quehacer, así que las opciones que le quedaban era sacrificarlo o venir al Santuario.

Delgado, con los cascos muy mal cuidados, es el único caballo que hemos herrado y será de por vida, ya que eso le impedirá que su artrosis a pesar de su corta edad, avance deprisa. Se ha integrado genial en la manada, evita los conflictos, pero el pienso le pierde, le encanta y nos hace correr.

Patachou ha llegado con 23 años a cuestas, le falta la visión de un ojo, la boca destrozada y una lesión en su pata derecha que ni siquiera radiografiaron para saber que le pasa. “Caballo de hípica” era, pero como ya no interesa gastar dinero en un caballo de su edad, su pago y jubilación por los servicios prestados hubiera sido la de asesinarle, gracias a que supimos de él, ahora hará la vida que a ningún caballo se le debería negar.

El es un burro de unos 20 años a su llegada, maltratado y abandonado en sus cuidados por su dueño, que se vio empujado a cederlo al recaer varias denuncias administrativas y penales, ya que el estado del bueno de Atón es lamentable, sin apenas pelo por el exceso de humedad tras el invierno, ya que no tenía donde cobijarse, con unos cascos horribles de largos, por los años de dejadez en su atención, la boca nunca se la habían arreglado, por lo que tenia puntas en sus muelas y heridas en su boca, más una gran debilidad en todo su cuerpo, pero ahora ya está a salvo. Es un chico confiado y que pide que le rasquen, aunque todos los movimientos hasta que llegas a el han de ser suaves, ya que los años de maltrato se notan en sus reacciones de miedo, pero con tu ayuda, estamos seguras que pronto olvidará su duro pasado.

Él fue un regalo que nos hizo su mami Tula, cuando llevaba cinco meses en el Santuario, ella era una de los 20 de la subasta del Tiemblo, podemos dar gracias que el no tuvo que pasar ese infierno. Era un potro divertido y confiado que nos tuvo enamorados, pero también otra persona se enamoró y adoptó a Tula y Omaya. Tengo que decir que nunca confié en esa persona y el tiempo me ha dado la razón. Su madre murió en 2020, le exigimos que le diera otra compañía equina, pero no nos hizo caso, lo que hizo fue vender la finca con el dentro del lote. La persona que compró la finca nos avisó y quiso adoptarle, pero al poner en el contrato de adopción que no se podía montar ni usar en nada que atentase contra su naturaleza, nos exigió que fuésemos inmediatamente a por él. Es un placer para nosotros el que haya vuelto a su hogar, el que nunca debió dejar. Sigue igual de confiado y busca el contacto humano, si ya te has enamorado amadrínale y ven a darle esos mimos que tanto necesita.

El es un poni B (según su altura los hay A,B,C,D) de 15 años y medio a su llegada viene de una asociación de Granada que rescató a 6 burros, 2 caballos y a el de ir al matadero. Al estar Epona como única poni del Santuario, quisimos que tuviera un compañero, aunque nosotros no les obligamos a nada y ellos eligen con quien estar. Epona quiere estar con Patachou, Thor juega con Merlin, pues que sea como ellos quieran ser. Thor es muy curioso y cariñoso con los humanos, te vas a enamorar!!

Iba una pareja paseando por el campo con sus dos perros, que vieron que una de sus perras, Maya, se había detenido y chupaba algo. Cuando se acercaron, vieron al pequeño Mayo (en honor a la perra) casi muerto y la perra a base de lametazos lo resucitó.

Lo cogieron y llevaron a su casa y buscaron un hogar para él. Llegó con apenas 5 días de vida y un mal pronóstico, ya que estos animales si no toman calostro…malo. Pero a pesar de los muchos sustos que nos dio sus primeros meses de vida, é es un chico muy fuerte y de carácter anda bien servido. Sabe utilizar bien esos preciosos cuernos, solo mami Dolo se atreve a acercarse sin cerca de por medio y darle mimos a montones.

Le pedimos a un pastor de ovejas que cuando una de ellas pariera gemelos, nos diera a la más pequeña, ya que las ovejas solo suelen criar a uno y dejan a la más débil. Apareció al poco tiempo con Julia debajo del brazo. No llegaba a la semana de vida. Era tannn tiernaaa y tan chiquinina, que una socia del pueblo se la metía en una mochila para bañarla en su casa.

Nunca ha sido de contacto humano y para cortarle la lana en verano, nos las vemos y deseamos, ya que se pone muy nerviosa y vamos haciéndolo a ratos para no estresarla.

Tirado a la orilla de un río, deshidratado y con una fuerte diarrea. Así lo encontró una chica que no pudo mirar a otro lado y se lo llevó a su casa. Menos mal, porque no hubiera aguantado así muchas más horas. Buscó un hogar y aquí en el Santuario lo encontró.

Se fue recuperando pero tenía una fuerte dependencia con mami Dolo y un día se escapó del cercado donde estaba por seguir a su madre humana con tan mala suerte que se metió debajo de las patas de una yegua y esta del susto le pateó repetidas veces. Quedó medio cuerpo paralizado pero en el hospital obraron el milagro y ahora no tiene secuelas. Se ha hecho muy amigo de Julia a quien persigue amorosamente.

Llegó con dos meses de edad y nos hizo sentir una ternura inigualable, siempre pegadito a su mamá y a su hermana. Parecía tan frágil, sin embargo con el tiempo se ha hecho un granujilla que persigue a su hermana cuando la ve. Cariñoso pero sin excesos, como buen gato que es, solo cuando él quiere… ¡Y que no se te ocurra tocarle la barriga que se enfada!. Tiene una mancha negra en su barbilla que nos hace mucha gracia, le da la imagen de un gati-serio.

Una noche en 2019 Obama invitó a un gato a cenar. Creemos que era Zape aunque como era tan de noche no lo podemos asegurar, pero sí que lo hemos visto muchísimas veces por la finca, solo que cuando nos veía salía corriendo. En marzo de 2021 vimos que no apoyaba una de sus manos y lo cogimos con una jaula trampa. Ahí supimos tras varias pruebas veterinarias que era positivo a inmuno y leucemia y nos aconsejaron dormirlo, cosa que no hicimos y nos alegramos.

Después de pasar encerrado en nuestra casa dos meses, hoy es el gato más amoroso, cariñoso y pesado del Santuario. Adora tanto que lo mimen que echa al resto de gatos para llevarse él todas las atenciones. Enamora a todo el mundo.

Al igual que su hermano Bianco, es un chico muy confiado, juguetón con todo lo que se mueve, sobre todo con Bianco, pero también le gustan los brazos y sentirse seguro y es que todo ser vivo necesita seguridad y aun mas siendo un bebe. Tiene unos ojitos espabilados y curiosos. Enamora e inspira ternura.

Con apenas tres semanas de vida y con la única compañía viva de su hermano, ya que su madre callejera desapareció y dos de sus hermanos estaban muertos cerca de ellos en un jardín de un chalet del pueblo. Nos avisaron porque llevaban dos días maullando desesperados y es que estaban a punto de desfallecer de hambre. Bianco reclama brazos en cuanto nos ve, ronronea y juega con nosotros como si de un rascador fuésemos para el, arañándonos para treparnos jejejeje. Es una bichejo encantador.

Una familiar nos contactó para ver si podíamos acogerla. Estaba en Jaén y era fruto de una camada no deseada: o la cogíamos o su vida peligraba, así que siendo un bebe de dos meses llegó al que siempre será su hogar. Es una gran guardiana, casi tanto como teatrera. Le encanta poner caritas para conseguir mimos, aunque lo que no soporta es a otros perros así que hay que tenerla siempre vigilada para que no haga daño. Sin embargo a Lucas y Otto les permite todo. Tiene una mirada tan dulce como la miel.

Nació en una perrera de Granada. A los pocos días de nacer apareció uno de sus hermanos sin cabeza y él con todo el morro abierto. No saben si fue porque su madre estaba famélica o por las ratas que allí había. Una asociación los sacó de allí y, al verle la carita, sabíamos que nadie lo adoptaría, así que lo acogimos nosotros. Le operamos dos veces y quedó perfecto. Sabemos que si hubiera caído en otras manos, ya no estaría vivo. Es un perro muy complicado y es por eso que quizás nosotros nos volcamos más si cabe en darle mucho amor.

Rescatado por la Asociación Proyecto Cañada de la Cañada Real siendo un bebe de 1 mes, ¿quién podría viéndole esa carita no darle un hogar? Es un perro listo como él solo. Simpático y cariñoso con los humanos y un vigilante incomparable con Lucas cuando hace trastadas, ya que le para y eso nos da más seguridad. Quien le conoce se enamora y es que es todo un bombón.